Haití: Historia de Haití



Esclavitud en Haití

Después de su descubrimiento, la isla en la cual está establecida la República de Haití recibió el nombre de Hispaniola. Para saber más sobre la historia antigua de la isla, ver República Dominicana.

Fue en el siglo XVII, bajo el impulso de Colbert, que Francia impuso su presencia en la isla, retomando poco a poco a los españoles el control de su parte occidental. La economía reposaba en la época sobre la esclavitud (los primeros esclavos negros fueron importados a comienzos del siglo XVI).

Este sistema engendró problemas que acabaron, en 1791, con la revuelta de los negros, conducida por el general haitiano Toussaint-Louverture. Gracias a la revolución francesa, los insurgentes obtuvieron satisfacción. Un decreto de la Convención abolió la esclavitud en 1794. Toussaint-Louverture se alió entonces al gobierno francés, antes de hacer notar, en 1801, su intención de establecer en Haití una república negra. En 1802, fue hecho prisionero por los franceses y murió en cautiverio un año más tarde.

La idea de la independencia sobrevivió a Toussaint-Louverture, ya que a partir de 1804, otro negro, Jean-Jacques Dessalines, expulsó a los franceses, proclamó la independencia de la isla de Hispaniola, que devino Haití, y tomó el título de emperador (Jacques I). Después del asesinato de Dessalines, en 1806, el país se dividió en dos: al norte, un reino dirigido por Henri Christophe, al sur, una república gobernada por Alexandre Sabès, llamado Pétion.

El sucesor de Pétion, Jean-Pierre Boyer, logró reunificar las dos partes de la isla en 1822. En 1844, el este hizo definitivamente secesión, y pasó a ser la República de Saint-Domingue, mientras que el oeste fue la República de Haití.

Los primeros tiempos de la historia de Haití fueron difíciles, marcados por indisolubles luchas de poder entre los negros y los mulatos. Aún dependiente financieramente de Francia, Haití no lograba consolidarse políticamente. Los problemas agrarios engendraron, desde 1844, una gran rebelión, llamada "de los piquets" (campesinos negros del sur), que fue duramente reprimida. En 1849, Faustin Soulouque, un negro, se proclamó emperador (Faustin I) y se lanzó a una severa represión contra los mulatos. Reinó despóticamente el país durante diez años, antes de ser destronado, en 1859, por el mulato Nicolas Geffrard, que restauró la república y gobernó el país hasta 1867.

Hasta 1910, el país, gobernado exclusivamente por los mulatos, tuvo un período de relativa prosperidad. Los Estados Unidos, ya presentes en la República Dominicana, comenzaron entonces a interesarse en esta isla prometedora y ocuparon militarmente Haití el 28 de julio de 1915. Permanecieron ahí hasta 1934.

Bajo la ocupación norteamericana, Haití volvió temporariamente a la estabilidad, pero al precio de revueltas sociales que favorecerían la llegada al poder de los militares. Washington puso en marcha un gobierno sometido a su voluntad y se comprometió en contrapartida a proveer al país una asistencia política y económica.

En 1918, los norteamericanos reprimieron sangrientamente una revuelta paisana (más de 15.000 muertos). La hostilidad de la población con respecto a los ocupantes creció, y condujo finalmente, en agosto de 1934, a la partida de los norteamericanos. Haití, sin embargo, no había terminado con la influencia norteamericana. El fin de la ocupación, sumado a las consecuencias de la crisis económica mundial, engendró el retorno a la inestabilidad, y alentó ciertas ideas dictatoriales.

Llegado al poder por un golpe de estado en agosto de 1945, Dumarsais Estimé fue derrocado en noviembre de 1949 por una junta militar. El poder quedó en manos del ejército hasta septiembre de 1957, fecha en la cual François Duvalier (llamado "Papa Doc"), un antiguo miembro del gobierno de Estimé, fue elegido presidente.

Electo con el apoyo de los negros, que veían en él la forma de luchar contra las élites mulatas, Duvalier impuso de golpe una política extremadamente represiva (prohibición de los partidos de la oposición, instauración del estado de sitio, el 2 de mayo de 1958) y recibió del Parlamento la autorización de gobernar por decretos (31 de julio de 1958). El régimen Duvalier se apoyaba en una milicia paramilitar, los Voluntarios de la Seguridad Nacional (VSN), apodados los "tontons macoutes", que sembraron el terror en las filas de la oposición y lograron sofocar toda resistencia. Duvalier pronunció la disolución del Parlamento el 8 de abril de 1961 y los Estados Unidos suspendieron su ayuda como signo de desaprobación.

Frente a la oposición de una parte del ejército (un complot militar fue frustrado el 19 de abril de 1963) y de exiliados haitianos, que intentaron varias veces desde la República Dominicana provocar un levantamiento popular, Duvalier reforzó la represión. En 1964, se proclamó presidente vitalicio e impulsó, con los tontons macoutes, una campaña sangrienta contra los opositores (2000 ejecuciones en 1967).

Duvalier no dejó nada librado al azar: en enero de 1971, la Asamblea Nacional enmendó la Constitución para permitirle designar a su hijo, Jean-Claude, como sucesor. A la muerte del dictador, el 21 de abril de 1971, Jean-Claude Duvalier accedió a la presidencia de la República. Tenía 19 años (de allí su apodo de "Baby Doc"). Comenzó por aplicar palabra por palabra la política de su padre, antes de iniciar una tímida liberalización del régimen.

La represión y la extrema pobreza en la cual el régimen mantenía a la población provocaron, a partir de fines de los años '70, el éxodo de la población haitiana, hacia la Florida y las Bahamas particularmente. En 1986, un levantamiento popular derrocó a Jean-Claude Duvalier, que partió a refugiarse en el sur de Francia.

El fin de la era Duvalier no significó, sin embargo, el fin de la dictadura. Inmediatamente después de su partida, una junta militar dirigida por el general Henri Namphy se instaló en el poder. La elección de Leslie Manigat para la presidencia de la República, en 1988, no fue más que un paréntesis antes de un nuevo golpe de estado militar del general Namphy (junio),reemplazado el mismo en septiembre por el general Prosper Avril. En el poder hasta 1990, debió hacer frente a nuevas revueltas. Su renuncia abrió el camino a elecciones bajo control internacional y a una aparente normalización de la vida política.

Jean-Bertrand Aristide, un sacerdote católico que se había hecho abogado de los pobres, obtuvo una brillante victoria en diciembre de 1990. Su llegada a la presidencia de la República devolvió la esperanza al pueblo haitiano pero, en septiembre de 1991, fue derrocado por un golpe de estado militar y partió a refugiarse en los Estados Unidos. En cuanto a los miles de balseros haitianos que intentaban llegar a los Estados Unidos, la mayor parte fueron rechazados por los guardacostas norteamericanos. La Organización de los Estados Americanos (OEA), luego la Organización de las Naciones Unidas (ONU), decretaron sanciones contra el nuevo régimen militar del general Raoul Cédras. El país fue sometido a un bloqueo económico a partir de 1993. La situación alimentaria y sanitaria se degradaba, y las negociaciones por el retorno de Aristide se hacían eternas.

Finalmente, los Estados Unidos decidieron una intervención militar. Las tropas norteamericanas desembarcaron en Haití el 19 de septiembre de 1994. La junta militar debió dejar el poder y el presidente Aristide fue restablecido en sus funciones en octubre de 1994. Su mandato, sin embargo, llegaba a su fin y la Constitución no lo autorizaba a pretender un segundo. Elegido en diciembre de 1995, el antes Primer Ministro René Préval asumió sus funciones en febrero de 1996.





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